Las actividades, organizadas por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, incluyeron también una misa en la catedral Primada a la memoria de los caídos y en homenaje a los combatientes vivos.
La población celebró así 52 años de la revuelta popular que enfrentó a una administración surgida de un golpe castrense que, el 25 de septiembre de 1963, depuso al gobierno constitucional del presidente Juan Bosch (1909-2001), electo democráticamente tras la caída de la dictadura de más de tres décadas (1930-1961) de Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961).
La lucha entre los constitucionalistas liderados por Caamaño y apoyados por el pueblo contra el triunvirato encabezado por Donald Reid Cabral desencadenaron un conflicto y en el Ejército el sector ultraconservador liderado por el general Elías Wessin y Wessin promovió la intervención extranjera para impedir el triunfo del movimiento popular.
El 28 de abril de 1965 Estados Unidos desembarcó 42 mil militares, con respaldo de la Organización de Estados Americanos, para aplastar al movimiento popular y así la guerra civil se transformó en guerra patria de los dominicanos en defensa de su soberanía.
Después de varios meses de resistencia calle por calle contra los invasores, los constitucionalistas pactaron el fin del conflicto y Caamaño devolvió al pueblo el poder que le dio, tras lo cual asumió un gobierno provisional encabezado por Héctor García Godoy, relevado luego por el presidente Joaquín Balaguer, electo en junio de 1966.
Los constitucionalistas tuvieron que marchar al exilio y las tropas estadounidenses abandonaron el país en septiembre de 1966 después de fortalecer la estabilidad de Balaguer.
La efemérides que hoy se conmemora resume 52 años de una gesta que generó sueños, nostalgias y anhelos y que continuó cuando el 3 de febrero de 1973 Caamaño desembarcó junto a ocho hombres en la playa Caracoles en el sur del país, con la intención de iniciar un frente guerrillero contra el régimen de Balaguer.
Ese capítulo de la historia dominicana cierra con la captura de Caamaño herido junto a dos compañeros y su asesinato en la cordillera central por orden de Balaguer.
Según trascendió, Caamaño sufrió vejaciones, fue fusilado y su cuerpo descuartizado y quemado por los militares en presencia de agentes encubiertos de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense.