Según los autores del estudio, aparecido la víspera en una publicación de la Asociación Americana de Salud Pública, este es un primer análisis para ver la práctica de las empresas farmacéuticas en la comercialización de opiáceos a los médicos.
El siguiente paso es comprender los vínculos entre estos desembolsos, la prescripción de los medicamentos y las muertes por sobredosis, adelantó Scott Hadland, pediatra y uno de los expertos del informe.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, más de 52 mil personas murieron por sobredosis de drogas en 2015.
Esa cifra aumentó bruscamente durante los primeros nueve meses de 2016, impulsada por el incremento de los decesos vinculados con los opiáceos, especialmente el fentanilo, un poderoso narcótico sintético, y la heroína.
Hadland advirtió que para muchas personas es muy común que el primer opioide al que hayan estado expuestos sea uno recetado por un médico.
El estudio arrojó que los galenos obtivieron la mayor cantidad de fondos por la promoción del fentanilo, que se emplea normalmente en los hospitales para tratar el dolor post-quirúrgico y a los pacientes con cáncer, entre otros usos.
Hadland mencionó como aspectos alarmantes que los médicos de familia recibieran el mayor número de pagos, y que otros métodos de alivio del dolor como la aspirina y el ibuprofeno no fueran tan fuertemente promocionados como los opiáceos.
Asimismo, el trabajo agregó que las compañías gastaron libremente por todo el país, pero algunos de los estados más afectados por la epidemia de consumo de drogas, incluyendo Indiana, Ohio y Nueva Jersey, registraron más desembolsos.
‘Tenemos que dar un paso atrás y pensar si deberíamos estar permitiendo que las farmacéuticas contribuyan a la prescripción de medicamentos que estamos trabajando activamente para reducir’, expresó el especialista.
El trabajo del Centro Médico de Boston se difunde poco después de que el presidente, Donald Trump, prometiera una respuesta más fuerte de la ley para combatir la crisis de los opioides y enfrentar a los ‘traficantes de drogas que envenenan a las comunidades’ del país.
La cuestión cobró fuerzas luego de que la semana pasada una comisión bipartidista llamara la atención sobre el hecho de que de 2000 a 2015 más de 500 mil personas fallecieron por sobredosis de drogas, de las cuales las más consumidas fueron los opiáceos.