El mismo está compuesto por nanotubos de carbono, unos cilindros huecos 10 mil veces más finos que un cabello. Según los experimentos de laboratorio, un Twistron, que pesa menos que una mosca común, es suficiente para alimentar una pequeña bombilla LED con el estiramiento de la fibra.
Para generar electricidad, primero debe haber sido sumergido o revestido con un material conductor de iones, el cual puede ser incluso una mezcla de sal común y agua, indicó la publicación.
Con ese baño, las fibras se cargan y son innecesarias las baterías externas o el voltaje en todo el procedimiento.
Debido a esa propiedad, sus creadores prevén que la nueva tecnología sea usada para aplicaciones en las que cambiar las baterías no es práctico.