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Reseña Histórica | Recuerdos del barrio Los Cajuilitos

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Es probable que el bautismo del barrio con el nombre los cajuilitos fue debido a la abundancia de éste árbol en su perímetro. Conservo en la memoria de los años 1967-70 la presencia de esta fruta en los patios de las viviendas, las había en la casa de Bejita, también en la de Celeste, y mucho más abundante en las cercas de Rurrú, Julio Fanjul, Miguel Zapata y en la «cerca» de Roble.

Hoy tenemos un barrio Los Cajuilitos, con un nombre asentado en los mapas, calles y casas ubicables, con servicios de luz agua, cable y telefonía, cloacas, aceras y contenes; comercios independientemente de los mismos sean servibles o no lo que me interesa es destacar la presencia de su plataforma. Para finales de la década del 60 el naciente sector de los cajuilitos no había ningún plantel escolar público, para los niños de la época recibir la enseñanza era preciso llegar hasta la escuela Máximo Gómez, a la sazón ubicada en la calle nuestra Señora de Regla esquina Luis Álvarez, otros debimos iniciar la primaria en una improvisada escuela que se organizó en el recién inaugurado barrio Pueblo Nuevo, a un par de casas de la panadería de Eugenio y su maestra era la distinguida Mariana Landestoy. La actividad económica de esos años estuvo centrada en el café de una forma u otra los fundadores dependían de su cosecha, mantenimiento, procesamiento y manipulación de este aromático grano. Era muy común dentro los pocos habitantes de la época tener algún conuco y/o alguna responsabilidad con alguna finca cafetera, sea por la zona del manaclar o el recodo y además por el área de honduras y la montería.
Era tan intensa la actividad sobre el café que la vida misma dependía de su producción, recuerdo que al llegar la época de recolección o zafra era inminente irse a vivir a las lomas hasta por tres meses que era más o menos que duraba la cosecha, era para mí mama un rompecabezas buscar una persona que se quedara en el bohío por ese tiempo.

Factorías de Café En la zona norte de la ciudad, quizás por su cercanía a las montañas cafetaleras de la provincia y por supuesto por el volumen de quintales de café manejados en tiempos de cosechas se instalaron en el área cinco factorías que recibían colectados por cosechas. Sobre la calle Juan Caballero se nombraba la máquina de los «Ricales», es probables derivado del apellido de su dueño Ricart, aun esta hoy día en el mismo lugar ya con otro nombre Industrias Banilejas (Induban) regentado por su propietario Rafael Perello y sucesores. En donde está la escuela Máximo Gómez hoy en día funcionaba la factoría propiedad del señor Jacinto Cabrera. En la Calle Luis Álvarez estaba la de don Guaroa Peña y en la calle Nuestra Señora de Regla habían dos una de Julio Franjul y otra de Tabito Vidal. Por último la de Pablito Ortiz cercana a Pueblo Nuevo.

Terminada la recolección, los hombres encontraban oficio en el mantenimiento de los conucos y las mujeres laboran en las “maquinas» que funcionaban el sector o en el área tal como la maquina «de los ricales» instalada en lo que hoy es la industria Banilejas, otra que había en los terrenos en donde está la actual escuela Máximo Gómez sobre la calle Santome; también habían dos más sobre la

Era tan intensa la actividad sobre el café que la vida misma dependía de su producción, recuerdo que al llegar la época de recolección o zafra era inminente irse a vivir a las lomas hasta por tres meses que era más o menos que duraba la cosecha, era para mí mama un rompecabezas buscar una persona que se quedara en el bohío por ese tiempo.
Factorías de Café En la zona norte de la ciudad, quizás por su cercanía a las montañas cafetaleras de la provincia y por supuesto por el volumen de quintales de café manejados en tiempos de cosechas se instalaron en el área cinco factorías que recibían colectados por cosechas. Sobre la calle Juan Caballero se nombraba la máquina de los «Ricales», es probables derivado del apellido de su dueño Ricart, aun esta hoy día en el mismo lugar ya con otro nombre Industrias Banilejas (Induban) regentado por su propietario Rafael Perello y sucesores. En donde está la escuela Máximo Gómez hoy en día funcionaba la factoría propiedad del señor Jacinto Cabrera. En la Calle Luis Álvarez estaba la de don Guaroa Peña y en la calle Nuestra Señora de Regla habían dos una de Julio Franjul y otra de Tabito Vidal. Por último la de Pablito Ortiz cercana a Pueblo Nuevo.

Terminada la recolección, los hombres encontraban oficio en el mantenimiento de los conucos y las mujeres laboran en las “maquinas» que funcionaban el sector o en el área tal como la maquina «de los ricales» instalada en lo que hoy es la industria Banilejas, otra que había en los terrenos en donde está la actual escuela Máximo Gómez sobre la calle Santome; también habían dos más sobre la calle Luis Alvares entre la calle Lorenzo Hart y Duarte y la otra sobre la calle nuestra Señora de Regla. Mi mama trabajo en todas al igual que su hermana Martica. Ellas titulaban este oficio como «limpiadoras» que no era otra cosa que la selección de los granos y la separación de los desechos. Pienso que mama se instala en los cajuilitos a finales de los 50 proveniente del sector Los Rincones de Angostura, comprándole un solar al señor Antonio Pérez por la suma de 150 pesos, con un adelanto de 20 pesos. Contaba mama que le envió un telegrama a Trujillo pidiéndole ayuda para pagar su solar, al tiempo su ayuda de cien pesos fue enviada a la gobernación de Bani, pero solo le fue entregada la mitad. El gobernador de la época (Fabio Herrera) dispuso de la otra mitad. Eran vecinos de nosotros en la calle padre Rosón 41 y fundadores del barrio, en la misma acera y buscando la calle Duverge se nombran en la casa número 39 a Elena Arias (cabuya) (+) casada con Pancho Tejeda (+) un obrero de la Famosa y sus hijos son Josefina (pototo), papi, Lilay, Molleja, Maritza, Jacqueline, Héctor y guelo (+), ellos al igual que nosotros tenían el bohío en la parte de atrás del solar y en la parte frontal construyeron una casa dividida en tres piezas que alquilan. Siguiendo en la casa número 37 vive Olga Romero, hija de Pascual Romero, era una enfermera del hospital y vivía soltera con su hijo Ángel Ruiz, quien se hizo médico y es además un coronel policial, aún viven allí y son de las pocas familias que aún quedan intactas del resto de fundadores. Siguiendo con la casa número 35 en donde vivía Milagros Soto y Juan Peña, quienes procrearon a Papo, Rudy y Milagros. En la casa número 33 estaba Joaquín Pimentel (quincito) y Juana (+) padres de Polo, Sixto, Eleodoro, Evangelista, Radhames, Rosa, Martha y Yeyé Luego sobre la esquina que conforman la Duverge y Padre Rosón esta Adalgisa y Guaro Zapata (+) oriundo de Rio Arriba y en donde había una de las frituras más populares de la época en todo Bani En esa misma esquina estaba el bar la Jicotea de Frank, el colmado de Julito Díaz y un billar en una casa de Lin el policía. Son hijos de esta pareja Alberto, Modesto, Jaqueline, Nande, Susana, Irene. La principal esquina de movimiento del sector era sin dudas la que forman la intersección de la calles padre Rosón y Duverge, recuerdo haber tenido en ella un paletero y un limpiabotas, también muchos jóvenes de esos años tuvieron limpiabotas sobre esa esquina y sobre la cual se jugaba mucha pelota de trapo. Recuerdo otras familias sobre la Duverge hacia abajo como es la casa de Santana (+) oriundo de las Yaguas, Lyn el policía y Vicente en la esquina con su huerto de plantas medicinales, y al frente de ellos encontramos a Manuel Candita, Dulce y al papá de Lula, ya llegando donde Guaro. Volvemos al otro lado de la acera de la casa de mamá (Cruz María Pimentel), que estaba marcada con el numero 41; ahora vamos hacia el lado que va hacia la calle Juan Caballero. En la casa 43 vivía Marcial Cabral (niño) el cual tenía un bohío grande dividido por piezas de alquiler ya que era soltero, allí vivieron Joaquín Merejo, Domingo el friero y Lala, en la parte frontal vivía Analda y Jorge un pescador de Salinas, esa casa tuvo varios propietarios, recuerdo a Daysi Oller y su mamá que luego se enemistaron y terminaron por venderla a Ramoncito González (+). En las casas número 45-47 eran propiedad de Bolívar y Luisa (cachapa) bolívar provenía de Fundación de Peravia-el Carretón y Luisa de Boca Canasta, ellos tenían una numerosa familia y además alquilaban piezas o habitaciones. Ambos fallecidos. Fueron sus hijos Tirso (+) Dinorah, Nury, Rafael (boquilla), Juan (barrilo), Rubén, Amparo (+), Yeremil y Francisco. Ahí vivían rentado además, Emilia hija de doña Grecia, Juanita Custodio, madre de Mariano, Manan, Nino. En ese mismo lugar vivieron y fallecieron un hermano de Luisa llamado Carlitos y la madre de ésta que le decían Pancha. Recuerdo cuando llegaron desde la comunidad de Honduras Piguillon y hijos de esta pareja Alberto, Modesto, Jaqueline, Nande, Susana, Irene. La principal esquina de movimiento del sector era sin dudas la que forman la intersección de la calles padre Rosón y Duverge, recuerdo haber tenido en ella un paletero y un limpiabotas, también muchos jóvenes de esos años tuvieron limpiabotas sobre esa esquina y sobre la cual se jugaba mucha pelota de trapo. Recuerdo otras familias sobre la Duverge hacia abajo como es la casa de Santana (+) oriundo de las Yaguas, Lyn el policía y Vicente en la esquina con su huerto de plantas medicinales, y al frente de ellos encontramos a Manuel Candita, Dulce y al papá de Lula, ya llegando donde Guaro. Volvemos al otro lado de la acera de la casa de mamá (Cruz María Pimentel), que estaba marcada con el numero 41; ahora vamos hacia el lado que va hacia la calle Juan Caballero. En la casa 43 vivía Marcial Cabral (niño) el cual tenía un bohío grande dividido por piezas de alquiler ya que era soltero, allí vivieron Joaquín Merejo, Domingo el friero y Lala, en la parte frontal vivía Analda y Jorge un pescador de Salinas, esa casa tuvo varios propietarios, recuerdo a Daysi Oller y su mamá que luego se enemistaron y terminaron por venderla a Ramoncito González (+). En las casas número 45-47 eran propiedad de Bolívar y Luisa (cachapa) bolívar provenía de Fundación de Peravia-el Carretón y Luisa de Boca Canasta, ellos tenían una numerosa familia y además alquilaban piezas o habitaciones. Ambos fallecidos. Fueron sus hijos Tirso (+) Dinorah, Nury, Rafael (boquilla), Juan (barrilo), Rubén, Amparo (+), Yeremil y Francisco. Ahí vivían rentado además, Emilia hija de doña Grecia, Juanita Custodio, madre de Mariano, Manan, Nino. En ese mismo lugar vivieron y fallecieron un hermano de Luisa llamado Carlitos y la madre de ésta que le decían Pancha. Recuerdo cuando llegaron desde la comunidad de Honduras Piguillon y Negrito con su numerosa prole, a saber, Víctor (+), Manen, Nery, Ramonita (+), Marcelo y Papi.

Hacia el otro frente de la acera y en la misma calle padre Rosón yendo desde la Juan Caballero hacia la Santome, recuerdo que en la misma esquina vivía Celeste (+), mama de Cotorra, Manuelcito (Casco de la muerte), Bolívar (falleció en Caracas), María, tuvo además otros hijos era su esposo un señor llamado Rafael(+), años más tarde tuvo un hijo con Luis Peguero (+), aun viviendo con Rafael; En la casa número 50 vivía un señor llamado Lalito y Sayda, ahí mismo tuvo el velatorio de un jovencito hijo de ambos que murió llamado Andresito por el año 1968, esa casa luego de Morir Lalito, Sayda se mudó en una esquina de la Duarte con Trinitaria, pasando la casa por varios inquilinos de los cuales recuerdo a la familia de Pablo (cagaegato), luego adquirida por María Lonche y Lonche dos residente de Pueblo Nuevo que vivían en Caracas, para luego ser vendida. Ahí mismo falleció mientras vivía en ella Sinforosa Martínez (Bolote) el 8 de diciembre de 2007. La casa número 48 correspondía a Rosaura Lara (Bejita) viviendo allí hasta cerca de 1978, antes había vendido parte del solar a Juan Peña, quien construyo una pequeña casita para el alquiler, también vendió parte del fondo del solar a Ramón Berenice, quien vivía haciendo patio con ella pero con el frente hacia la calle Andrés Santana (toton), Bejita tuvo por muchos años un puesto de vender arepitas de mano frente a su casa, vendía además maní tostado y jalao, vivieron allí sus hijos Josefita, María José, Cristiana, Wilson (nino) Rafael (melena) Manuel (Papito). Termino sus años viviendo en una casita construida en medio solar adquirido con el dinero sobrante de la venta de su mejora a Ramírez Santana en los terrenos de Miguel Zapata, Murió allí en junio de 1986. Bejita era mi abuela paterna. En la casa vecina a Bejita estaba la numero 46 donde vivía la Señora Pura y Barón (+), Luego viene la casa número 44 de Isabelita Vicente (hija de ramonita coco), ahí vivieron Negro (+) Blanco, Budo, Flor, Albita, Fabito, Burrundin, Cocolo y Cocola, estos últimos cuatro con su esposo Baldemiro Pérez (Valdez), de vez en cuando Isabelita colocaba una fritura frente a su casa. La casa con el número 42, propiedad de Mirita y Virgio oriundo de Higuana, sus hijos Bolo, Julio, José y Carmen. La casa número 40 era de Milida Romero fue esposa de Felo Bocina padre de Pepichon. Ahí vivían otros hijos como Deyanira, Manuel (papi), Gil, Milagritos y Tata (+), en esa casa funciono un taller de mecánica por muchos años. En la casa 38 vivía Oliva Miniño y Goyito hermano de «puerto hermoso», ahí nacieron Victor, Maritza, Euclides (+) Teresa (+), Mirqueya (la Mua) y Moreno (alcapone) y William en esa casa Oliva (+) tenía una venta de números a la lotería y Goyito (+) siempre tenía una traba de gallos de pelea, ya que era un aficionado a este juego. Recuerdo que para 1974 ahí funciono un colmado atendido por un joven llamado Rafael que murió para esa época. Al lado de Oliva en una habitación independiente vivía una señora que se llamaba Negrita. Ya en la esquina con Duverge estaba el colmado de Julito Díaz, esposo de Albania hija de Fita y Luis Peguero, que era atendido por su cuñado Danilo Peguero, Luego en la otra esquina estaba el bar la Jicotea regenteado por Frank, siguiendo la próxima casa, camino a la Santome estaba la casa de donde vivía Cubana, y sus hijos Milagros, Chita, Miguelito, seguido de una casa de un pariente de la Yuquita, para terminar en la casa de la familia de los Machucas.

LA CASA DE MATIS
La señora Matis y su esposo Ney construyeron una casa sobre la esquina de las calles Juan Caballero y padre Rosón, antes era un solar yerno y al fondo tenía una mata de limoncillos que era asediada por la muchachada de ese entonces (1970), siempre se comentaba sobre la apariciones misteriosas, que llenaba de dudas y miedos a la barriada, sobre todo a los que osaban con recoger limoncillos en horas de la madrugadas. El hecho es que los esposos constructores hicieron la casa de esquina de block, que era una maravilla para la época, en donde la mayoría de las casas del barrio eran de tablas y cana y dividas por tabiques de caliche y pisos de tierra, lo que destacaba cierta bonanza en los esposos. La historia es que no vivieron mucho tiempo en la casa decían que era una casa «muy pesada» y que no se sentían cómodos.

El barrio es testigos del desfile de inquilino que ha tenido la susodicha casa a lo largo de cuarenta años, colmados, ventorrillos, compraventas. barras y todo lo que han usado esta esquina como punto comercial han salido huyendo en ruinas en las que han caído al cabo de unos pocos meses de habitarla, es como si un espíritu o una maldición pende sobre el lugar que no permite que nadie progrese o viva en paz en ella.

Otros vecinos de la calle padre Rosón partiendo desde la Juan Caballero hacia lo que es hoy la Gastón F Deligne, se destaca la casa de Cuya y Fuche (+), dos personas bonachonas, a Cuya de tiempo en tiempo ponía un fritura con una gran variedad de ofertas para la cena unos bollitos de yuca, frito de rulos maduros, torrejas, moro, paticas guisadas, así como los acostumbrados fritos de plátanos y guineos verdes, carnes fritas. Cuya era muy amiga de mama, recuerdo que procuraba siempre que mama cenara antes de acostarse. También vivían por ahí la familia de los «Mallanes» oriundas de la Montería y dedicadas a las ventas de guandules verdes en el mercado y la confección de macutos, sombreros y forros de sillas. En esa casa que tenían una numerosa familia siempre estaban haciendo alguna actividad, sea «desgranando» guandules o tejiendo. Una de las hembras era un «cuchillo» para los ensalmos de los «emparche» de los niños.
Luego venían las casas de Juanita Pilar, mama de Berene, Betania y Radhames (el Ryder), seguido de los Pajela, que componían los esposos Lindo y Linda oriundos de Honduras siendo sus hijos Negopieto, Bolero, tanfeo, Palito, Tona, Bélgica, Manuel(+), chiquitico (+)y –topogigio, vecinos de estos estaban Los Matías, oriundo de la montería; luego en la esquina de ese callejón estaba la casa de don Tino Díaz, oriundo de Villa Güera, la calle terminaba en esa época (1970) con las casas que hacían frente la familias de Percida y los Avises, siendo hijos de esta última Bobote, Glodo y Maninin, a partir de ahí terminada la calle padre Rosón y empezaba la cerca que comprendía la granja de Rurrú Pimentel y que atendía Domingo Antonio Lara (cubaneo) y en donde yo empecé a trabajar como ayudante por cincuenta centavos semanal en 1967 hasta que este falleció el 23 de diciembre de 1969, recuerdo lo triste que me dejo esta muerte, a mi corta edad era terrible, sobre todo cuando te decían que murió llamándome en una habitación del hospital aquejado de una doble neumonía crónica. Fue velado en la casa de mi vice-abuela Engracia Lara en la Santome y recuerdo que con una cinta me cogieron la medida para ponerla en el ataúd, para que después de su muerte no intentara molestarme.

Marino Chalas, y Franklin Pimentel
Periodistas

 

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