Por Jesús Ramón Báez Coste
Articulista
Lo que se creía, un simple problema diplomático, está llegando a un extremo peligroso. Un país como Haití, con fuego por dentro y fuera de su frontera, lo están convirtiendo en una arepa.
Hay grupos que están con un galón de gasolina tirándole a la candela.
Vemos como un desacuerdo, por una toma de agua, por irresponsabilidad de los constructores de no haber informado la magnitud de la misma y su uso para regadío en predios agrícolas de esa zona. Pero se trató y se estableció en una mesa del diálogo y ni siquiera han respondido y están en una actitud arrogante, prepotente y desafiante, que no es más para llamar la atención de los países del mundo, buscando apoyo y solidaridad para conseguir ayuda. Hasta ahí estamos bien, pero vengan al diálogo no se hagan los pendejos, que cuando se trata de lesionar la soberanía, ya ahí es otra cosa.
Ahora no vemos bien la salida de tanto odio, rencores y xenofobia racial, y que de ahí si nos podrían atacar los mismos países, que no han tenido el valor, el coraje de ir y buscar una solución definitiva a los grupos de pandilleros, ladrones, atracadores, secuestradores que tienen un caos en Haití, con una milicia que no tiene control ni del Palacio presidencial.
Una población atrapada sin alimentos y en una lucha por subsistir, pueden provocar un estallido social de impredecibles consecuencias, que van a llamar la atención del mundo.
Creo que es hora de buscar una salida rápida, porque ni política ni social le es favorable a este ni a ningún gobierno el rompimiento diplomático con nuestro segundo país en negociaciones, y se puede crear una crisis por los empresarios, comerciantes, colmados, chiriperos de las zonas fronterizas. El gobierno debe intervenir ahora para suspender el llamado de los dueños de guaguas y transporte de carga que anunciaron que no montarán a ningún haitiano, y puede crear una gran confusión con dominicanos de color, que se verían afectados.
Nuestro presidente debe tomar una decisión en ese sentido y no seguir dándole larga a este asunto, lo que la oposición y sus grupos de pendejos podrían echar leña al fuego y provocar una inestabilidad político, económica y social, sacarle el cuerpo y un capital político, y entonces vendrán las acusaciones al gobierno de mal manejo con su lema de que no saben gobernar. Abra los ojos mi presidente, no se deje coger de pendejo, si hay que meter mano, hágalo rápido, no le dé larga a esta pendejada.