Por Prensa Latina
Washington, EEUU.- Estados Unidos y Reino Unido anunciaron hoy un acuerdo comercial que podría reducir el impacto de los aranceles del presidente Donald Trump y potencialmente perfilarse como una victoria política para el primer ministro Keir Starmer.
Desde el Despacho Oval, Trump dio a conocer el pacto y dijo que ambos países «afirman que la reciprocidad y la equidad son un principio esencial y vital del comercio internacional».
Este es el primer acuerdo que ocurre en el segundo mandato del republicano y se produce en un momento en que el gobernante se jacta de que los aranceles son un instrumento de negociación.
Los detalles de lo conveniado aún se ultiman, pero quedará listo en las próximas semanas, comentó Trump al señalar que incluye «miles de millones de dólares» en un mayor acceso para Estados Unidos al mercado británico de productos agrícolas domésticos como la carne de res y el etanol.
Por su parte, Gran Bretaña también «reducirá o eliminará» las barreras no arancelarias que, según el jefe de la mansión ejecutiva de la avenida Pensilvania, discriminan a los productos estadounidenses.
Además, se agilizará el trámite de las importaciones de Estados Unidos en las aduanas británicas, agregó.
Trump calificó el acuerdo como «un gran acuerdo para ambos países» y aseguró que facilita el acceso de la contraparte a los productos nacionales. «Será algo muy especial para el Reino Unido y especial para Estados Unidos», subrayó.
Vía telefónica, Starmer afirmó que el marco impulsará el comercio bilateral, protegerá y creará empleos y abrirá el acceso a los mercados, mientras definió el suceso como un «día histórico» que constituye un «verdadero homenaje a nuestra trayectoria de estrecha colaboración».
Trump había anticipado el anuncio el miércoles, escribiendo en redes sociales que revelaría un «importante acuerdo comercial» con un «país grande y muy respetado», que no identificó en ese momento.
Pero la mañana de este jueves, en su red Truth Social, el presidente publicó que «debería ser un día muy importante y emocionante para Estados Unidos y el Reino Unido» y escribió igualmente que «¡Les seguirán muchos otros acuerdos, que se encuentran en serias etapas de negociación!»
Trump impuso una tarifa del 10 por ciento a las importaciones procedentes del Reino Unido, así como aranceles del 25 por ciento a los automóviles, el acero y el aluminio, con la premisa de que esto fomentaría más empleos en las fábricas del país.
Uno de los principales objetivos de los negociadores británicos ha sido reducir o eliminar el impuesto de importación estadounidense sobre los automóviles y el acero del Reino Unido, reseñaron medios locales.
CBS News reportó que el Gobierno de Starmer advirtió que no reducirá los estándares alimentarios del Reino Unido para permitir la entrada de pollo estadounidense enjuagado con cloro ni de carne de res tratada con hormonas.