
El titular de la comisión, Ajit Pai, también quiere deshacerse de la base legal que refuerza la supervisión federal sobre los proveedores de servicios como Comcast y AT&T, bajo el argumento de que esa medida ha impedido que la industria invierta en redes de banda ancha.
Sus intenciones son elogiadas por el sector de las telecomunicaciones, que argumenta que la regulación actual era un obstáculo para la inversión y la innovación de banda ancha, pero reciben fuertes críticas de numerosas compañías de tecnología y grupos de defensa del consumidor.
La preocupación entre los defensores de la neutralidad de la red es que su derogación podría dar a los proveedores de Internet demasiado control sobre cómo se entrega el contenido en línea.
De acuerdo con el diario Los Angeles Times, con la reversión de las normas vigentes ganarían precisamente los proveedores de servicio, en medio del temor de que una compañía de telecomunicaciones cobre tarifas adicionales para transportar ciertas formas de contenido a mayor velocidad a través de su red.
Aunque las firmas de banda ancha dicen que no tienen planes de ofrecer prioridad de pago, la publicación indicó que en las últimas veces han dado señales de lo contrario, como el caso de Comcast.
Esta compañía mostró durante años en su página sobre neutralidad de la red que tenía el compromiso de no priorizar el tráfico de Internet, pero esa parte desapareció el día que Pai dio a conocer su plan para derogar las reglas actuales.
El periódico también ve como ganadores a los grandes proveedores de contenido como Google y Neflix, los cuales tendrían que pagar más para llegar a los clientes con la misma velocidad, pero dados sus recursos y suscriptores, podrían costear las nuevas demandas y tener ventaja sobre la competencia.
Como grandes perdedores, en tanto, estarían las empresas emergentes, que no cuentan con el dinero o la influencia para pagar una entrega de contenido más rápida.
Este martes casi 40 senadores demócratas hicieron un pedido de última hora para que Pai abandonara lo que llamaron un ‘plan imprudente’.
‘Una vez adoptada, esta propuesta permitirá que el proveedor bloquee, ralentice o manipule libremente el acceso de un consumidor a Internet, siempre que revele esas prácticas’, apuntaron.