Por Prensa Latina
Washington, EEUU.- Un estudio publicado en la revista JAMA Neurology mostró que los implantes de estimulación cerebral profunda (ECP) pueden proporcionar alivio a largo plazo a los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Los investigadores explicaron que los pacientes que recibieron ECP tenían una mejor función motora, mayor capacidad para manejar las tareas cotidianas y calidad de vida en general después de cinco años de tratamiento con este método.
Además, lograban enfrentar los síntomas con dosis más bajas de levodopa, el medicamento que toman para compensar la falta de dopamina de su cerebro.
“Por primera vez podemos ver claramente que los beneficios de la ECP, las mejoras en los síntomas motores, la reducción de las necesidades de medicamentos y una mejor calidad de vida se mantienen a los cinco años», comunicó el doctor Adolfo Ramírez-Zamora, jefe de división de trastornos del movimiento en el Instituto Norman Fixel de Enfermedades Neurológicas de University of Florida Health en Gainesville.
En la ECP se coloca un implante dentro del cerebro de un paciente para administrar pulsos eléctricos a regiones específicas de este órgano.
Los científicos mostraron que este procedimiento ayuda a mejorar la función motora entre los pacientes con Parkinson de moderado a grave, pero pocos ensayos clínicos han probado su efectividad a largo plazo, dijeron.
En este estudio, los investigadores siguieron a casi 200 pacientes en 23 centros de trastornos del movimiento que recibieron implantes de ECP en su núcleo subtalámico, una pequeña estructura del cerebro que desempeña un papel crucial en el control motor.
Los pacientes fueron asignados al azar para recibir estimulación inmediata de sus dispositivos o esperar 12 semanas antes de que se activaran sus implantes.
Los resultados mostraron un mejor control motor, menos sacudidas o espasmos involuntarios, y una mejor calidad de vida general durante el periodo de seguimiento de cinco años, encontraron los expertos.
“La ECP solía verse como un último recurso, pero ahora sabemos que proporciona el beneficio más sostenido cuando se ofrece en las etapas moderadas de la enfermedad de Parkinson, cuando las complicaciones motoras son la principal fuente de discapacidad», dijo Ramírez-Zamora.
Sabemos que esta terapia es efectiva y segura, agregó, y resaltó que el desafío ahora es asegurarse de que llegue a más personas en la etapa correcta de la enfermedad, cuando puede tener el impacto más grande y duradero.